El documento judío llamado “Nuevo Testamento”

El presente título denominado El documento judío llamado “Nuevo Testamento” forma parte de la serie La Biblia la historia del Pueblo de Israel que pretende señalar, entre otras cuestiones, que el mal llamado Nuevo Testamento (Brit Hadashá) es un documento inspirado por Dios de absoluto carácter judío. Un documento que debe ser estudiado en su contexto, cultura y espiritual dentro del judaísmo para poder ser entendido de forma significativa.

El cristianismo nominal tiene el dudoso honor de haber descontextualizado la figura de Jesús, a tal nivel, que le ha desgajado de todo su judaísmo cultural y espiritualmente hablando. La responsabilidad de haber traducido en la forma que lo ha hecho el llamado “Nuevo Testamento” también recae sobre el mencionado cristianismo nominal que bajo la óptica de su propia teología ha tergiversado el trasfondo en el cual Jesús desarrolló su Judaísmo.

Las expresiones descontextualizadas y poco claras en la traducción del ya mencionado “Nuevo Testamento” han inducido a la confusión y al poco entendimiento de las enseñanzas que encontramos en tan importante documento de absoluto contenido judío. En la medida que estudiemos sus páginas nos iremos percatando de la importancia que tiene este documento, para entender el resto de la Biblia. A pesar de la interpretación descontextualiza del Nuevo Testamento que hemos recibido a lo largo del tiempo el mensaje no ha podido ser tan irreconocible como para no encontrar la enseñanza que el Cielo nos quiere trasmitir por medio de Jesús.

La herramienta de interpretación necesaria para entender la Biblia en su totalidad es conocer que hemos llamado principios básicos de interpretación. Uno de los principios de interpretación nos dice que no se puede encontrar contradicción de ningún tipo entre todos los documentos que componen la Biblia.

"Un documento que debe ser estudiado en su contexto, cultura y espiritual dentro del judaísmo para poder ser entendido de forma significativa"

La consideración que damos a la Escritura como textos inspirados por Dios hacen que sea imposible encontrar contradicción alguna ¿Podría haber contradicción en todo lo que Dios ha escrito? ¿Acaso podríamos encontrar la más mínima contradicción en los llamados Diez Mandamientos, por ejemplo? No puede haber contradicción entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento si su Autor es el mismo. Dado que ambos textos están inspirados por Dios, aunque fueron redactados por diferentes autores en diferentes periodos de la historia de Israel es imposible encontrar contradicción alguna. Un Principio Básico que siempre debemos que tener en cuenta.

La traducción del Nuevo Testamento es un documento fidedigno e inspirado por el Eterno. No sería posible entender con la profundidad necesaria toda la Biblia, sin discernir la interrelación entre los mal llamados Antiguo y Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento es también un conjunto de libros que entra dentro de la misma nomenclatura que el resto de la Escritura entendida siempre en su contexto netamente judío. En el siguiente pasaje Pedro hace referencia a los documentos de Pablo que al igual que el resto de la Escritura son difíciles de entender. La expresión es importante ya que equipara las cartas o documentos de Pablo con la misma Escritura dándoles el mismo nivel de importancia.

“en casi todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen (como también las otras Escrituras) para su propia perdición” II Pedro 3.16

El problema que hemos tenido y que seguiremos teniendo es que la Escritura, como señalamos al principio, ha sido descontextualizada y por tanto torcida para su recto entendimiento. La Escritura debe ser leída, analizada, meditada, memorizada, estudiada, enseñada y evidentemente practicada con fidelidad a quién la inspiró, entiéndase el Creador, y con respeto a quienes recibieron el encargo de transcribir, reproducir y salvaguardar su contenido.

"El Nuevo Testamento es también un conjunto de libros que entra dentro de la misma nomenclatura que el resto de la Escritura entendida siempre en su contexto netamente judío"

Con la premisa de salvaguardar la Escritura se ha dado la oportunidad a todos los seres humanos de leer la Palabra de Dios en su formato impreso. Las famosas Tablas de la Ley fueron igualmente preservadas en piedra “impresa” a diferencia de otros tipos de soportes físicos en los cuales se ha ido transcribiendo la Biblia.

La división que han hecho de la Biblia no tiene que ver nada con el pretendido carácter teológico que se le han querido dar. La diferenciación en todo caso es meramente cronológica entre periodos históricos con claras particularidades. La Biblia debe ser entendida como un solo documento inspirado por Dios y ser estudiada siempre en su contexto judío. La Biblia fue escrita por judíos, para judíos en Israel y en la diáspora dónde residían los judíos ¿Significa esto que no está escrita para los que no son judíos? En absoluto ya que toda la Escritura ha sido redactada por Dios para que sea conocida por toda la humanidad. 

El Cielo le ha dado a Israel la responsabilidad de mantener y salvaguardar la totalidad de la Escritura como un legado de bendición para todas las naciones.

La diferenciación de la que hablamos se podría considerar como una línea de tiempo que señala cronológicamente un antes y un después de la puesta en escena de la vida de Jesús. Una línea cronológica que nunca puede ser considerada como una separación en la estructura espiritual del judaísmo que Jesús vivió y desarrolló en su total integridad. Ya hemos dicho muchas veces, y los seguiremos repitiendo, que Jesús no abolió la Torá y que no abrogó la Ley o los Profetas. Jesús (Yeshua) no renunció a su judaísmo en ninguna forma o en ninguno de sus distintivos del cual formaba parte inherente e inseparable de su enseñanza y forma de vivir.

“No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir” Mat.5.17

La pretensión de que Jesús abolió la Ley de Dios y fundó una nueva religión que nada tenía que ver con el Judaísmo ha hecho que millones de personas estén desorientadas buscando la verdad y el sentido de la vida. El recorrido que emprendemos es una manera básica, pero profunda, de leer la Escritura teniendo siempre en cuenta los Principios Básicos de Interpretación de la Biblia. Para concluir hemos de recordar que uno de esos Principios Básicos es saber a ciencia cierta que la Escritura no se puede contradecir. Si aparentemente encontramos una contracción es que estamos sacando de su contexto un cierto texto, valga la redundancia, haciendo imposible su correcta interpretación y comprensión.

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